No todas las personas de una empresa comprenden la relevancia de la tecnología en la competitividad, en la calidad y la productividad; y muchas veces en las empresas tampoco se desarrollan estrategias claras para aumentar sus capacidades tecnológicas en función de los objetivos de mediano y largo plazo. Toda empresa que transforme materias primas o insumos en productos o servicios tiene tecnología y esta no significa solamente elementos físicos como maquinaria y equipos sino también, y fundamentalmente, comprende conocimientos incorporados en ellos, en el hardware y el software, al igual que comprende los procesos de la organización. La adquisición de capacidad tecnológica no es por lo tanto una simple transacción comercial sino un proceso acumulativo que deriva del uso de la tecnología y de proyectos de desarrollo y de transferencia de tecnología. Muchas empresas consideran que la tecnología que utilizan ha permanecido constante en el tiempo, lo cual podría ser cierto en uno que otro sector, pero en el largo plazo pueden asegurar que surgirán cambios y en las formas más impredecibles, por lo que una estrategia inteligente es prever los cambios tecnológicos o de modelos de negocios que pueden afectar el sostenimiento y el crecimiento de la empresa y ejecutar estrategias para ello.
Un primer paso puede ser identificar en la empresa las diferentes tecnologías que involucran sus procesos productivos, administrativos y comerciales. En ese camino identificará tecnología de productos, tecnología de los procesos de producción y también tecnologías de soporte u apoyo que son aquellas no incorporadas en los productos o servicios ni en los procesos productivos, pero que completan el conjunto de tecnologías para el desempeño de la organización y la competitividad de la empresa. Este análisis debe estar acompañado de una evaluación de cómo los cambios tecnológicos en cada una de las tecnologías pueden afectar el futuro de la empresa. Identificando los tipos de tecnología que tiene la empresa y su impacto en el desempeño actual y futuro, la coloca en el camino de definir una estrategia tecnológica que identificará las fuentes de tecnología, la oportunidad para incorporarlas a la empresa y las estrategias adecuadas de aprendizaje tecnológico, de desarrollo y de transferencia de tecnología, de formación de su personal, de equipamiento, de financiamiento, de negociación, entre otras. Encontrará en ese camino que la estrategia de mediano y largo plazo de la empresa es también una estrategia tecnológica que requiere la ejecución de una diversidad de proyectos de distinta naturaleza, prioridad y tiempos.
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