miércoles, 11 de noviembre de 2009

Innovación. Una responsabilidad gerencial medular





Para que un grupo de personas se transforme en un equipo encaminado en la búsqueda y ejecución de proyectos innovadores, que agreguen valor al futuro de la empresa, es necesario que se tenga claridad del punto de partida y hacia dónde se dirigen como organización. Si la organización no tiene claridad de su futuro y de los retos que este impone, es probable que su gente se refugie en contextos de comodidad que erosionan el potencial de crecimiento y estancan el desempeño. Parece algo de Perogrullo, pero si la gerencia no tiene capacidad de comunicar un destino y articular su gente para alcanzarlo, puede tener la seguridad de que la organización no responderá con iniciativas ni esfuerzo que den aliento a mediano y largo plazo.
Aunque puede apreciarse como una digresión, vale referir cómo muchas empresas del estado venezolano sufren de una especie de síndrome de futuro difuso, debido a la multiplicidad de misiones y visiones que le impone la dinámica política e ideológica de sus directivos que, aunado al exceso de regulaciones, van cultivando un contexto que termina por desdibujar en su gente los propósitos esenciales de esas organizaciones, desmotivar el profesionalismo y esterilizar el gran potencial innovador de sus trabajadores a todos los niveles.
Sin el compromiso y la claridad de visión de la gerencia no es posible alentar ni encaminar el potencial innovador de las organizaciones y menos el de aprovechar también las ventajas de contribución que existen en el entorno. En el seno de las organizaciones hay tan buenas ideas como fuera de ellas, y depende de la claridad de propósitos la  capacidad de movilizarlos y articularlos para iniciativas de mejora y de innovación que fortalezcan la posición de la empresa y cultiven las ventajas que exige su futuro. Sin visiones movilizadoras de futuro mejor y creíble, las organizaciones comienzan a crear muros internos y a su alrededor que bloquean los procesos creativos y el trabajo colaborativo, elementos esenciales en los procesos de innovación.
Es, entonces, responsabilidad de la gerencia comunicar un destino creíble y retador, como punto de partida, para que luego pueda lograr de su gente la mejor y continua contribución con un sinnúmero de iniciativas de mejora y de cambio para llegar a ese destino, creándose de esa manera el contexto para el impulso de la innovación. En ese contexto surgirán mejores planes estratégicos, con los objetivos y los indicadores para medir cuánto se avanza en el camino.
Comunicar y articular una visión retadora y creíble del futuro de la empresa tiene muchas ventajas para la organización y por ello esto debe ser reforzado continuamente. Entre las ventajas que se pueden lograr están, i) Contar con una masa crítica que comparte un destino común y que tendrá mayor compromiso y dedicación para aceptar y manejar los retos, las dificultades y los cambios a los que invita la visión de futuro; ii) Hacer sentir empoderada a su gente para dar su mejor contribución según sus habilidades y conocimientos en cuanto tienen mayor claridad de los retos que se enfrentan; y iii) Impulsar la creatividad y la disciplina para aprovechar mejor las ideas pertinentes sin importar si su origen es interno o externo a la empresa. En esa especie de ecosistema innovador la organización tendrá mejor disposición a derrumbar los muros departamentales y encontrar rutas y sortear obstáculos para aprovechar el potencial innovador existente en el seno y fuera de la empresa.
Es responsabilidad de la gerencia inspirar a los hombres y las mujeres de sus organizaciones a convertirse en apasionados para encontrar las rutas innovadoras para el éxito.

1 comentario:

  1. Excelente. Lo que planteas en tu artículo es una gran realidad, difícilmente se puede lograr un objetivo del cual no se esta claro y más difícil lo es si formas parte de un equipo del cual no conoces su misión y visión

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