miércoles, 14 de abril de 2010

Cosas de aprender

Me permito copiar un extracto de una publicación de Xavier Marcet en ocasión de la presentación de su libro "Cosas que aprendemos después"



1. La importancia de pensar. Estoy contra el benchmarking y a favor de pensar. Hay demasiado mimetismo en la gestión y poca diferenciación. Pensar rápido y en grande es una competencia que me fascina. considero que pensar es un ejercicio personal y que razonar es un ejercicio de equipo. Aprender a pensar es nuestra vida.


2. El respeto por los que arriesgan en sus proyectos, arriesgan de su bolsillo o arriesgan sus trayectorias Necesitemos una sociedad que respete más a los que arriesgan y que ignore mucho más a los que solamente saben bloquear y destruir. Una sociedad que valore más a los que salen de su área de seguridad para crear y servir a los demás.


3. El desconfiar de los que tienen la queja por relato. Ni como a profesionales, ni como empresarios, ni como país, me parece que no sirve de nada instalarse en la queja como trayectoria. Admiro a los que saben encajar y afrontar la adversidad con resilencia. La queja es una mala estrategia personal o colectiva.


4. El buscar el beneficio de abrir nuestras organizaciones para hacerlas más innovadoras y permitirles así crecer más y mejor. Abrir la mente, abrir las empresas a una innovación más eficiente desarrollada junto a otros, en alianza y facilitando el corporate entrepreneurship , este es en este momento mi gran reto profesional.


5. Admirar el talento y otorgarle prioridad. Tenemos demasiadas infraestructuras sin talento. No todo el mundo sirve para todo. Es determinante quién hace las cosas. Debemos escoger entre dos espirales, escoger en nuestra vida profesional o empresarial, la espiral del talento que atrae talento la de mediocridad que atrae mediocridad. Y admiro especialmente el talento sin arrogancia, el de aquellos que saben conjugar inteligencia i humildad, sabiduría y sentido de servicio.


6. Respeto mucho el esfuerzo. Creo que debemos recuperar el sentido del esfuerzo, obviamente del esfuerzo con sentido. Creo que los proyectos requieren horas y empeño además de talento. No me parece fácil resolver la ecuación de la vida profesional y la personal.


7. Celebro la brevedad. La considero una muestra de respeto a los demás. El esfuerzo de síntesis evita invadir innecesariamente el tiempo de los demás. Celebro la brevedad porqué implica invertir bastante tiempo en convertir la brevedad en algo prolífico y brillante. En comunicación, menos es más.


8. Me gusta la gente a la no que hay que motivar. Me generan confianza aquellos que vienen motivados de casa y que actúan como anticuerpos ante los bloqueos corporativos que, a menudo invaden las empresas e instituciones.


9. Lo que profesionalmente me hace feliz es aprender, desaprender no sé si me hace feliz, pero es tan necesario como aprender y más difícil. Si no aprendemos en las organizaciones dónde estamos quiere decir que ha llegado el momento de dejarlas.


10. Finalmente he entendido, gracias a mis compañeros, mis clientes y mis alumnos, que liderar es servir. De algún modo, este libro es una forma de servir

Hacer equipo es un juego

Hacer equipo es un juego

Directivos y subordinados mejoran su trabajo de forma lúdica
                                  SUSANA CARRIZOSA 11/04/2010


Fabricar bombones, construir boogies, jugar a pelotas mágicas o rodar una película son algunas de las propuestas con las que consultoras de recursos humanos sorprenden a directivos y mánager que quieran crear equipos a través de juegos. Es la respuesta a la crisis de ideas y al estancamiento de decisiones que impiden a muchas empresas aprovechar el potencial de sus plantillas. "Los programas de team building enseñan cómo obtener el máximo rendimiento del equipo, mejorando la comunicación entre sus miembros, sus relaciones interpersonales y las que existen entre el equipo y su líder. Aprenden cómo disfrutar juntos de los retos y de sus logros", manifiesta Elaine Hery, directora de Eres Consulting.

Una propuesta tan dulce como laboriosa transforma a los directivos en chocolateros por un día. Han de remangarse y gestionar todas las fases de fabricación de chocolate. Como hábiles reposteros, trabajan en el diseño de los bombones, la fabricación, el empaquetado y su presentación al público. Para ello cuentan con el apoyo de un maestro chocolatero y todo lo necesario para iniciar un negocio de bombones, cuyo desarrollo dependerá de la estrategia que se marquen y, una vez decidida, de administrar tiempo, talento y recursos. "En este simulacro de chocolateros se trabajan diferentes áreas de aprendizaje", explica Javier Cantera, presidente del Grupo BLC, "tales como construcción de equipos, habilidades de liderazgo, comunicación, aportación a objetivos globales, estrategia y riesgo, gestión de proyectos, visión, misión y valores, análisis y mejora de procesos, de calidad y servicio".
"Me pareció muy interesante la visión global que aporta el curso para conocer los procesos incluidos en la producción de un producto real, desarrollando habilidades y competencias y aprendiendo a salvar posibles errores. Profundizar en las fases productivas permite conocer a las personas que trabajan en el proceso como clientes y proveedores", manifiesta Jordi López, learning and development progress de Roca Sanitarios.

"El ejercicio La fábrica de chocolate, que lo realizamos en unas jornadas de integración de equipos para la fusión de Alcatel-Lucent España, me enseñó que tenemos que confiar en nuestras capacidades de aprendizaje y que, por complicado que parezca un reto, si tenemos motivación y sabemos organizarnos y trabajar como un verdadero equipo, sumando fuerzas, somos capaces de hacer mucho más de lo que nos imaginamos", sostiene María Fe Benito, directora de desarrollo del talento de Alcatel-Lucent Iberia.

"Cuando escuché la frase 'la creatividad de una reunión es inversamente proporcional al número de corbatas que haya', que corrió como la pólvora entre la clase directiva, me pareció enormemente preocupante. Es cierto que a los directivos les cuesta tener ideas y faltan nuevas direcciones", explica Virginio Gallardo, director de Humannova, firma especializada en el liderazgo de la innovación y autor del libro Liderazgo transformador. Así, esta consultora pone a prueba la imaginación del ejecutivo con un juego en el que debe construir un boogie por piezas que se han diseminado por el espacio abierto. Tres variables juegan a favor de la movilización de emociones: lejanía/singularidad del entorno, complejidad de la prueba y elemento sorpresa.

"La clave de la actividad es que el directivo entienda de forma intuitiva los factores que mueven a un equipo de alto rendimiento. El equipo debe analizar de forma crítica su funcionamiento bajo la ayuda de un entorno lúdico. Con estos juegos se busca incrementar el grado de colaboración entre los miembros del mismo, que se ayuden y compartan más, y acepten mejor las ideas. La colaboración es la clave y el motor. Para ello es necesario crear una nueva dinámica emocional", afirma Gallardo.
Desde el monasterio de Rocamador, situado en Extremadura, su gerente, Carlos Tristancho, propone el rodaje de una película como dinámica de grupo para trabajar la importancia de los equipos en las organizaciones actuales, su modelo, eficacia, composición, recursos y tareas, así como sus procesos. De la misma manera se analiza el liderazgo, los distintos estilos y el papel del directivo.
El team building es el rodaje de una película a partir de la entrega de una breve sinopsis. "Directivos y equipos deben trabajar conjuntamente en la distribución de papeles para escribir un guión original, escogiendo el género. Todo debe estar perfectamente sincronizado: técnicos de sonido, iluminación, actores, director... Es una ocasión de oro para potenciar habilidades de los miembros del equipo y cuestionarse roles, señala el productor Carlos Tristancho. "Por la noche, en el transcurso de una cena, se ve la película y analizan comportamientos".
Teniendo como base la magia de Harry Potter ("son nuestras elecciones Harry las que muestran quiénes somos verdaderamente, mucho más que nuestras habilidades", le dice el profesor Dumbledore al protagonista del libro de J. K. Rowling) o la imaginación deAlicia en el país de las Maravillas ("Alicia ha empezado a pensar que muy pocas cosas son de verdad imposibles", dice su autor, Lewis Carroll), el inglés Robert Griffiths, de Dunlop & Brown, ha desarrollado el juego pelotas mágicas, en el que enseña a los directivos a pensar más allá de los límites establecidos, a idear nuevas soluciones en la toma de decisiones, porque, como él dice, "las respuestas siempre están dentro de nosotros mismos".

En este juego, cada ejecutivo debe meter una pelota en una caja colgada de un árbol en el menor tiempo posible. Lo que empiezan haciendo en unos 15 o 20 minutos, podrán hacerlo en apenas dos segundos al final de la práctica. ¿Cómo? "Simplemente elaborando una nueva estrategia a partir de la imaginación. Por ello es bueno partir de situaciones absurdas", concluye Griffiths, que colabora con la firma de cazatalentos Alarcón y Espinosa en servicios de team building.

"En este grupo me di cuenta de que los directivos a menudo nos complicamos demasiado y, en realidad, podemos lograr cualquier cosa que nos propongamos, sólo tenemos que creérnoslo. No hay que autolimitarse por los convencionalismos. El poder de la actitud de las personas en el equipo también quedó muy claro con el juego", afirma Bill Derrenger, presidente de Kellogg's España.

Para qué sirve
- El team building o formación de equipos se utiliza en las empresas para conseguir innovar, rediseñar estrategias, cuestionar creencias, buscar nuevas perspectivas, modificar roles y, ante todo, potenciar la fuerza del equipo.
- La clave de esta herramienta, según Euprepio Padula, responsable de Padula & Partners, es trabajar los aspectos emocionales de los directivos, tales como la inseguridad, el miedo, los complejos..., "que son los más importantes ahora mismo, en esta crisis". Así se consigue fuerza de equipo