martes, 29 de diciembre de 2009

2010 una oportunidad para la innovación



El comienzo del año 2010 es una oportunidad para añadirle más valor agregado a la agenda estratégica de las empresas y organizaciones, y esta sugerencia tiene que ver con establecer objetivos de innovación conforme a sus objetivos de mediano y largo plazo. Siempre hay necesidad de impulsar los procesos de innovación y oportunidad para aprovechar el potencial que significan sus recursos internos, su gente, sus activos clave, y la diversidad de fuentes externas a su organización.

Busque opciones y haga esfuerzos inteligentes para mejorar y mantener la competitividad, revise sus objetivos desde tres años adelante por lo menos, desde el futuro que persigue y en grande, para actuar lo más rápido que pueda.


Los retos de innovación son para todos y aquí listo apenas algunos:
  • Agendas de innovación en cada empresa productora de bienes y servicios; cada organización con su Día de Innovación en el que se muestren los desafíos, las estrategias y los logros. 
  • Proyectos estratégicos impulsados por las Asociaciones y Cámaras empresariales
  • Objetivos de Innovación en sectores críticos para el funcionamiento de la economía: servicios públicos como electricidad, agua, aseo urbano, energía
  • Proyectos concertados entre empresas y centros de I+D. Estrategias sectoriales de innovación en electricidad, petroquímica y petróleo, sin arrogancia, incluyendo pequeñas y medianas empresas y centros de investigación
  • Agendas de innovación en las empresas del Estado y en tantos Ministerios hasta para desburocratizar
  • Agenda de innovación en los hospitales
  • Innovación educativa para superar el infantilismo ideológico
  • Innovación en la gestión municipal,maximizar la satisfacción de la comunidad y la transparencia de gestión
  • Constitución de premios municipales y estatales de innovación
  • Capacitación y formación de la gente en innovación para crear entornos que estimulen y generen compromiso y para habituarse al riesgo
 Así como la calidad trazó en su momento las condiciones y políticas esenciales para mantenerse en el mercado, el desafío cotidiano de ahora ahora es la innovación, la calidad es una condición de borde.

Salud y compromiso con un 2010 lleno de desafíos de innovación.

domingo, 20 de diciembre de 2009

El Desafío de la Innovación Abierta


El desafío de la innovación abierta
José María Zabala Martínez 20/12/2009

La construcción de un avión comercial constituye un proceso extremadamente complejo. En la fabricación del último modelo de Boeing, por ejemplo, confluye un sinfín de tecnologías. Esta circunstancia obliga a buscar nuevas formas de organización y socios con los que compartir riesgos y capacidades. El proyecto del nuevo 787 Dreamliner ha implicado, durante cinco años, a actores ubicados en 130 localizaciones diferentes. La ventaja competitiva de Boeing, por tanto, ya no consiste tanto en el conocimiento técnico sobre cientos de disciplinas. Más bien su valor radica en la manera de orquestar una red de cientos de empresas en un panorama global. El reto es coordinarlas, vincularlas al proyecto y desarrollar al máximo su potencial.
El caso descrito puede considerarse, por tanto, un ejemplo de innovación abierta. El término, más empleado en su acepción anglosajona -open innovation- fue acuñado por Henry Chesbrough, profesor de Berkeley (California), a partir de su libro de referencia Open Innovation: The New Imperative for Creating and Profiting From Technology, Harvard Business School Press, 2003. Con la mirada puesta en el incremento de la competitividad, apuesta por un drástico cambio de modelo, en el que la colaboración se convierte en sanctasanctórum del proceso innovador.

Muchas empresas que hoy practican la innovación abierta comenzaron a ejercerla tras una situación de crisis. Así se vivió en Procter & Gamble (P&G), auténtico referente en la materia. Hace diez años, incapaz de incrementar su cuota de mercado, el gigante norteamericano (propietario de marcas como Gillette, Ariel o Duracell) decidió convertir en oportunidad dos serias amenazas: por un lado, el que las innovaciones relevantes partieran, cada vez más, de pequeñas y medianas empresas; por otro, la existencia, por cada miembro de su área de I+D, de -al menos- 200 investigadores tan capacitados o más en cualquier lugar del mundo. P&G decidió dar un golpe de timón, comprometiéndose a que el 50% de sus innovaciones tuvieran su origen fuera de la compañía.
Hoy día, Boeing, Procter & Gamble, IBM, Nokia o Philips son empresas cuyo modelo encaja con esta forma de entender el I+D+i. En España, la Red de Innovación de Iberdrola, por ejemplo, constituye un meritorio esfuerzo por implantar un ecosistema de fabricantes, universidades, centros de investigación y asociaciones. A través de nodos o líneas de conocimiento, en las que se establecen ciertas reglas y objetivos, cualquier actor capaz de aportar valor a la red es un potencial participante. Empresas de esta naturaleza, o multinacionales extranjeras que despliegan en España actividades de I+D, son entidades capacitadas para abanderar este movimiento dentro de nuestro necesitado sistema de ciencia y tecnología.
En cualquier caso, al contrario de lo que pudiera parecer, el open innovation no es patrimonio exclusivo de grandes corporaciones. No tendría sentido. Indudablemente, es complicado que una pyme lidere iniciativas de este tipo, pero sí es una oportunidad para implicarse en redes bien nutridas de know-how, repletas de potenciales socios, y que -además- facilitan la participación en grandes proyectos de alcance global.

Por si fuera poco, participar en este tipo de engranajes permite multiplicar el rendimiento de las inversiones en I+D. Quizá resida aquí una respuesta a por qué algunas de las empresas más innovadoras del mundo invierten en esta partida mucho menos de lo que les correspondería conforme a su dimensión económica; especialmente, colosos informáticos de la talla de Apple, Google o Hewlett-Packard, entidades -todas ellas- acostumbradas a desenvolverse en plataformas de intercambio de conocimiento.
La colaboración, llevada hasta el límite de lo explorado, se convierte aquí en el eje de esta concepción innovadora. No es algo nuevo, pero sí lo es -en cambio- su creciente influencia en las organizaciones y en los sistemas nacionales y regionales de I+D+i. La propia Comisión Europea ha remarcado su importancia, asociándola con la transferencia de conocimiento, tanto entre entidades de investigación y empresas como entre países.
El open innovation requiere que las empresas abran más su negocio, que exploten ideas del exterior y que ofrezcan conocimiento y tecnología para que otros puedan desentrañar su potencial. Esta metodología, por tanto, impacta directamente sobre dos cuestiones capitales: el espinoso asunto de la propiedad intelectual e industrial y la revisión del propio modelo de negocio.

En este ecosistema de innovación abierta -como dice el refrán-, buenas cercas hacen buenos vecinos. Hay que definir con claridad qué aporta cada parte a la relación y cómo se prevé compartir los resultados. No en vano, hablar de la propiedad intelectual e industrial es hacerlo del contenido mismo de la relación, de lo que cada parte quiere conseguir y de cómo distribuir los beneficios.
Lejos de constituir una barrera, las patentes y demás herramientas deben aportar confianza para entrar en colaboraciones, compartiendo conocimiento sin renunciar a los derechos de explotación correspondientes. En definitiva, ayudan a sacar el máximo partido a la inversión en I+D.
De acuerdo con un estudio del MIT (Massachusetts Institute of Technology), dirigido por el propio Henry Chesbrough, parte de la propiedad intelectual e industrial vive hoy entre intermediarios y abogados. La compleja percepción de su valor y el elevado coste de su protección arrojan cifras para el análisis. Se estima que las empresas utilizan entre el 5% y el 25% de las patentes que atesoran. Por tanto, entre el 75% y el 95% de ellas duermen el sueño de los justos. La realidad se impone, por lo que es necesario generar licencias, establecer licencias cruzadas o, incluso, donar patentes. Como puede deducirse, el concepto tradicional de que una empresa debe desarrollar, proteger y aislar su propiedad intelectual e industrial empieza a formar parte del pasado.
Por otro lado, apostar por un modelo de innovación abierta es hacerlo por una nueva forma de concebir la misma empresa. No es una estrategia de I+D, sino algo más profundo que afecta al negocio en su globalidad. En cierto modo, su funcionamiento es semejante al de las relaciones personales. Para llegar a buen puerto, se requiere una relación de igual a igual. El error de ciertas organizaciones es concebir la innovación como un proceso industrial y considerar a los socios meros proveedores de soluciones. Al contrario, las empresas punteras consideran a su red de colaboradores como una prolongación de su propia actividad, evitando su implicación ocasional en función de proyectos concretos.
Para innovar, hay que estar preparado. Y para hacerlo abiertamente, todavía más. Hay que determinar quién asume el liderazgo en la tarea, marcar objetivos asumibles a corto plazo, fijar presupuestos y, sobre todo, es indispensable definir meridianamente la ventaja competitiva a la hora de posicionarse junto a otras entidades. Como se desprende de este enfoque, la actitud personal como motor del cambio cobra especial importancia.
En estas circunstancias surge un interrogante: ¿acaso la innovación abierta cuestiona el modelo tradicional de I+D+i implantado en las empresas? El propio Henry Chesbrough argumenta que las unidades de I+D de aquéllas han tendido a replicar el funcionamiento de los departamentos universitarios. De este modo, muchas empresas cuentan con abundante conocimiento, pero muestran debilidad al relacionarlo con otras áreas del saber, tanto dentro como fuera de la organización. Hoy los investigadores deben aplicarse en proyectos multidisciplinares y asumir el riesgo relativo de atesorar un conocimiento más limitado sobre ciertas materias.
Así lo entendió Procter & Gamble. Su estrategia de cambio nunca contempló reemplazar la capacidad de sus 7.500 investigadores. Al contrario, les adjudicó un papel más relevante y versátil: a la tarea de generar innovaciones propias se añadió la misión de detectar buenas prácticas en cualquier rincón del planeta, susceptibles de ser adoptadas bajo el sello de la compañía estadounidense.
Por tanto, lejos de desaparecer, los actuales departamentos de I+D deberán readaptarse a este cambio de tendencia: captar y aprovechar el conocimiento exterior, potenciarlo, articular la relación entre sus colaboradores e integrar los resultados con la propia estrategia de la empresa. No es fácil, pero merece la pena intentarlo.
http://www.elpais.com/est.pl?id=20091220elpneglse_9.Tes&fp=20091220&te=impresion&to=noticia&a=elpepueconeg&k=2144293384.gif

sábado, 19 de diciembre de 2009

2009 Nueve pinceladas - Xavier Marcet


2009: nueve pinceladas y una herida

18 desembre 2009

Pienso en el año que vamos a dejar en términos de management y me salen 9 pinceladas y una herida.


1. El cambio ha dejado de ser una retórica y se ha convertido en un imperativo determinado por los hechos en la mayoría empresas. Hay que reinventar estrategias o modelos de negocio. El cambio es una oportunidad. Da vértigo, pero es la oportunidad.


2. La innovación ha dejado de ser una opción. La crisis ha empujado a una innovación resultadista, que quiere ROI a corto plazo de los funnels de innovación, improvisando culturas de innovación inexistentes y abriéndose atolondradamente a una innovación abierta que se consolida como modo natural de la innovación en muchas empresas. Veremos más innovación en el core business y menos innovación periférica. Esto va en serio.


3. Hemos hablado mucho de talento. La gente de talento ha notado poco la crisis en lo personal, ha sufrido más para obtener recursos para sus proyectos que por quedarse sin proyecto. Todavía nos queda mucho camino que hacer en el talent management. La apuesta talent first todavía no es una realidad.


4. La industria se ha revalorizado como el único espacio económico que ofrece masa crítica de ocupación, se ha insistido sobre la necesidad de incorporar más conocimiento y más sostenibilidad a la industria, lo cual, exige de todos grandes dosis de liderazgo, visión y compromiso. La economía sostenible y competitiva no se decreta, se construye desde la base. Preferiría que fuera nuestro reto de emprendedores que un lema del gobierno.


5. Las redes sociales han sido un gran fenómeno social que ha llenado muchas pantallas y mucho papel, pero no parece un fenómeno económico sustancial, por el momento.


6. Hemos puesto de moda la palabra valorización, como expresión de la conversión de conocimiento (o de ciencia) en valor económico, se han consolidado agentes como KIM y se ha evidenciado que el modelo de relación universidad – empresa basado en las OTRI ha periclitado. Estamos ante un cambio positivo.


7. El Marketing se ha hecho más complejo y ha conectado con la innovación como vasos comunicantes. Hay que ir más allá de las necesidades del cliente y trabajar más en un ecosistema integral que lo mire como persona, cliente y ciudadano a la vez. Es un enfoque atractivo pero para nada fácil.


8. En un entorno de incertidumbre y tensión por los resultados o la supervivencia, la comunicación es un instrumento imprescindible de gestión corporativa, para conseguir el máximo compromiso de la gente, para lanzar un relato corporativo creíble en medio de la tormenta y para hablar con los bancos. Comunicar, comunicar, comunicar.


9. Resilencia y compromiso. En 2009 hemos descubierto lo que son serios tienen capacidad de aguante y sacrifico y los que son pusilánimes.

La Herida:


Queda claro que hay una franja laboral, muchas personas, que no presentan perfil para la economía que viene, cada vez más exigente en competencias profesionales. Es un gran problema estructural, especialmente, de la economía española. No podemos engañarnos, toda la sociedad deberá hacer un gran sacrificio para mantener estas personas en una inclusión digna, y ellos también deberán hacer grandes esfuerzos por no descabalgarse. Todos deberían tener acceso a formación y oportunidades pero deberían corresponder con esfuerzo personal, y discriminar los que evidencian esfuerzo de los que evidencian desidia. En 2009 ya sabemos que la salida de la crisis no dejará un paisaje cómo antes, ya no seremos más un país que compite con costes bajos y esto exige tener una base profesional competente en un entorno global dónde aportar valor no será fácil en ningún sector. Es nuestro gran desafío generacional, entender que vienen tiempos exigentes.

La frivolidad nos aboca a la dificultad permanente, la seriedad y el compromiso, nos permiten ser razonablemente optimistas.

(el recorte es de una obra de Giovanni Bellini, uno de mis pintores más admirados)

jueves, 17 de diciembre de 2009

La innovación no es gratis


La innovación no es gratis
Paul Sloane

Uno de los obstáculos más comunes a la innovación es la falta de tiempo. La gente está demasiado ocupada haciendo su trabajo diario para pasar el tiempo intentando cosas nuevas. La suposición común es que el trabajo duro y las largas jornadas laborales son cosas buenas y suficientes para el éxito. El mantra es "centrarse en la obtención de resultados de este trimestre." Sin embargo, haciendo más de lo mismo no es suficiente - tenemos que intentar lo nuevo.

Es como si estamos tan ocupados en construir balsas para cruzar el río que nunca miramos hacia arriba para considerar la construcción de un puente o un túnel o una presa o vadeando el río o construir barcos o aviones o todas las otras cosas que podríamos hacer. Solamente nos enfocamos en la producción de las balsas.

Si quieres que la gente sea creativa, a continuación, fije el objetivo (por ejemplo, cruzar el río) y luego desafiemolos a producir ideas. Deles tiempo y algunos recursos para poner a prueba sus ideas - para construir prototipos, o para investigar lo que la gente en otros lugares están haciendo.

Google permite a su gente a pasar un día a la semana en ideas innovadoras. ¿Es éste un derroche de lujo? No. Ha dado lugar a notables innovaciones tales como Google Earth, Gmail y Froogle. Genentech tiene una disposición similar para su gente. La mayoría de las organizaciones no podía permitirse el lujo de dejar tanto tiempo como Google o Genentech, pero el mismo principio sigue siendo válido - tiene que crearse algún tiempo de holgura en el que la gente pueda experimentar. Usted no recibe la innovación de forma gratuita - se tiene que dedicar tiempo, dinero y personas.

Durante muchos años, 3M ha permitido que sus científicos e ingenieros, utilicen hasta el 15% de su tiempo en cualquier proyecto que les interesa. Ellos no tienen que pedir permiso a su jefe, pero sí tienen que mantenerlos informados de lo que es lo que están haciendo. Este permiso para ser libres ha dado lugar a innumerables ideas y las innovaciones de 3M, que es regularmente clasificado como uno de las empresas más innovadoras.

El mensaje es claro. El líder debe tener el tiempo libre para la innovación con el fin de facultar a las personas para que traigan grandes ideas y para explorarlas. Ya se trate de un día a la semana o un cuarto de un día, el tiempo para la innovación es fundamental.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Gente de perímetro abierto

Hay gente que cuando habla transmite disponibilidad y ganas de servir, hay gente que transmite distancia y anticipa dificultades. Hay gente profesionalmente empática y gente profesionalmente incapacitada para generar confianza. Esta no es una competencia menor, es una competencia sustancial. No hablo de adular, no hablo de tener la simpatía como profesión, hablo de competencia relacional, de la necesidad de trazar perímetros abiertos a la colaboración o de delimitar proyectos cerrados a la oportunidad de compartir. Se puede ser muy serio y hacer de este atributo un punto fuerte de las relaciones profesionales y se puede ser muy jovial pero no sostener relaciones solventes. Hay gente que incluso cuando ofrece un NO lo envuelve de entorno positivo, hay gente que incluso cuando da un SÍ lo envuelve de distancia. Las organizaciones necesitan más arquitectos de confianza que delineantes de distancia.
Xavier Marcet